Autor: William Barclay
Título: Comentario Al Nuevo Testamento - Vol 16 - (Apocalipsis I)
Editorial / Editor: CLIE
Formato: PDF
Tamaño De Archivo: 2.44 MB
Páginas: 197.
Es oportuno el que este Comentario al Apocalipsis,documentado, equilibrado y edificante, como era de esperar de William Barclay, aparezca en edición española a finales del segundo milenio de la era cristiana, cuando se están produciendo extremismos comparables a los del llamado < terror quiliástico> de finales del primer milenio, al mismo tiempo que cataclismos naturales de magnitud extraordinaria como el Niño y el Mitch de Centroamérica, entre innumerables holocaustos y guerras genocidas que bien se pueden llamar < del fin del mundo,» alguna incluso al otro lado del Éufrates, en cuyos reportajes televisivos parecía verse lo que expresó con símbolos el Vidente de Patmos.
Una cosa no debería hacer falta advertir en vísperas del año 2,000: Si bien en El Apocalipsis se nos habla de los mil años que Jesucristo reinará en la Tierra antes del Juicio Final, que como tanto en este libro es posible que tenga un sentido figurado, en ningún lugar del Apocalipsis ni de toda la Biblia se nos da pie para pensar que ese Milenio haya de coincidir con el de un nuevo milenio de la Historia de la Humanidad, ni siquiera de la era cristiana. Bien claro nos dejó el asunto el mismo Jesucristo cuando nos dijo: < Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el Cielo, ni el Hijo, sino el Padre» (Marcos 13:32).
Eso sí: existe la costumbre de dedicar el fin de cada año a hacer balance del anterior y proyectos para el siguiente. En ese sentido no estaría de más el que la Iglesia Cristiana aprovechara el fin del siglo XX y del II milenio después de Cristo para revisar sus cuentas, y no solamente por miedo a que se las ajusten irremisiblemente, y plantearse de nuevo y en serio su misión en la Tierra, en la que sigue habiendo tanto dolor, necesidad e injusticia.
William Barclay nos dice en la Introducción que El Apocalipsis es un libro indiscutiblemente extraño, pero que vale la pena estudiar. Nos lo sitúa maravillosamente presentándonos el género al que pertenece: la literatura apocalíptica, que floreció tan profusamente en el período entre los dos Testamentos. Y nos presenta el principio que va a aplicar en su comentario: < El Apocalipsis debe interpretarse sobre el trasfondo de su propio tiempo» (página 37). Para ello se necesita un experto; y eso es lo que tenemos en William Barclay. Pero, como siempre, lo que más nos impresiona de él no es su erudición, con ser tan
respetable y admirable, sino su conocimiento personal del Señor Jesucristo al Que con tanto amor y claridad nos presenta.
Bien colocado está El Apocalipsis; detrás no solo de los evangelios sino también de las epístolas, al final del Nuevo Testamento, como último acto del Evangelio, sin el que este quedaría incompleto; claro que tiene que ser distinto del resto del Nuevo Testamento, porque es el único libro de la Biblia que trata del fin que aún está por cumplirse, que anuncia Pablo al hablar de la victoria de Cristo: «Luego, el fin: cuando entregue el Reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y todo poder. Preciso es que Él reine, hasta que haya puesto a todos Sus enemigos bajo Sus pies.» (1 Corintios 15:25s). En El Apocalipsis «vemos coronado de gloria y de honor a causa del padecimiento de la muerte a Aquél Que fue hecho por un poco de tiempo menor que los ángeles para que por la gracia de Dios experimentara la muerte por todos» (Hebreos 2:9;
cp. Filipenses 2:5-11). Vemos al Cristo que era, y Que es, y Que ha de venir.
Alberto Araujo.
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